sábado, 17 de septiembre de 2011

Nota diario Clarín: “Yo hice muchas películas bizarras”

EL CONFESIONARIO

María Socas: “Yo hice muchas películas bizarras”

Actriz talentosa, no reniega de sus comienzos en el cine. Entró al Conservatorio para “hacerle gamba a una amiga” y se quedó. Y llegó.

María Socas, diario Clarín
El confesionario
17.09.2011 | Por Silvina Lamazares slamazares@clarin.com
Cuenta que cuando de chica iba a la casa de su abuela, en Juncal y Aráoz, “pasaba por un caserón antiguo que me fascinaba. Era un lugar con encanto. De ahí salían personas quetenían una combinación que me gustaba: ropa medio rea, deportiva, y llevaban libros. Nada que ver con los que salían de la Facultad de Derecho, que eran muy formales. No sabía qué sucedía allí, pero imaginaba que se trataba de algo lindo. El día que, muchos años después, una compañera del colegio me pidió que me anotara con ella en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, no podía creer que eso funcionara en la casa de mis sueños”. María Socas no quería ser actriz, sólo iba a “hacerle la gamba a una amiga”, pero con el tiempo fue una más de los que atravesaron ese umbral en zapatillas y con libros bajo el brazo.
Pelo largo, decir pausado, narración rica en imágenes, gracia en el relato. Cómoda del otro lado de la mesa de Clásica y Moderna, el rol de entrevistada le sienta bien. Bien porque contesta desde el detalle, con acotaciones que suman, sin perder de vista por eso el recorrido de las palabras. Llega con el cuento adonde tenía pensado. Como cuando viaja a la infancia y dice que “vivía en un plano de realidad y, al mismo tiempo, en uno de fantasía. Por ejemplo, cuando mi mamá se disfrazaba de coneja de Pascuas, iba al jardín y escondía los huevitos. Y en un momento decía ’Ahí se está yendo la coneja’ . Y ahora me doy cuenta de que yo veía la coneja... Te juro que veía como un animalito salido de Alicia en el país de las maravillas corriendo por las calles de Martínez. Y aún hoy me reconozco en eso”.
¿Todavía tenés un mundo de ilusión? Y, sí. Lo cual es un problema en la adultez. Me pasa mucho cuando estoy actuando: se me arma como un mundo de slides , de imagen superpuesta, que me permite creer en ese espacio que no existe y ver algo que no está. En la obra que estoy haciendo ahora ( Por amor a Lou , en la sala Caviglia del Teatro Cervantes, de jueves a sábado) me tengo que mirar en un espejo que no hay, pero veo. Pienso en el que está en la casa de una amiga y desde el personaje lo vuelvo a ver.
Aunque muchos sitios de Internet y algunos recortes de archivo insistan en que es brasileña, ella no sólo se sabe argentina, sino que también sabe dónde puede anidarse el ovillo de la confusión: “Charly García tenía una novia brasileña que se llamaba Zoca, por la misma época en la que yo empecé a trabajar. Se ve que alguien asoció su nombre y mi apellido, y de ahí surgieron preguntas de si éramos novios, de si era de Río... El me parece un genio, pero no tuvimos nada que ver”.
Nacida en Buenos Aires, criada de a ratos también en Entre Ríos “porque mi papá viajaba mucho para allá”, recuerda que tuvo “una infancia de mucha naturaleza. Te diría que casi no tuve muñecas, salvo unas chiquitas, de colección. Yo jugaba con las plumas de los pájaros, con las hojas, me entretenía con poco. Y sigo siendo igual: si vos hubieras llegado tarde, yo me habría colgado mirando, pensando. Para mí no existe el concepto de espera. Me contaron que cuando era bebé, mi cochecito siempre estaba debajo de un árbol. Y ahora, si estoy medio rara o mal, vengo a la plaza de aquí enfrente -en Callao y Paraguay- y miro el cielo, salgo de la cosa chiquita del problema y recupero la calma”.
De pequeña quería ser detective, más adelante pensó en estudiar Derecho Penal y sobre el final de la secundaria tenía en mente anotarse en Filosofía y Letras. “Pero como para inscribirme debía esperar hasta las vacaciones de invierno, una amiga me pidió que la acompañara al Conservatorio, cursara unas clases y luego me fuera. Fui con ella a dar el examen de ingreso, en el que contestaba cualquier cosa porque no iba al teatro ni miraba tele, ni nada. Y curiosamente entré. El primer día de clases, una profesora me dijo que no entendía cómo había ingresado. Yo los irritaba. Pero a los dos meses empecé a escuchar, a conectarme con un mundo apasionante. Tenía una sensación de plenitud muy fuerte”, reconoce quien también fue alumna de Carlos Gandolfo, ’el maestro’ que -lejos de lo que ella imaginaba- no la retó cuando le contó que “iba a filmar una película con David Carradine, en bikini, en un mundo de dos soles... El me dijo ’Andá, tenés que hacer tu experiencia’ . Yo me había presentado a un cásting en Aries Cinematógrafica, como extra de una tribu de enanos, y gracias a mi inglés y la lectura de un texto me tomaron como protagonista de El guerrero y la hechicera . Y después me contrataron para otras del mismo estilo. Porque, como ésa, hice muchas películas bizarras”.
Luego, el talento le fue marcando el camino por otras rutas, con fuerte anclaje en el teatro y los unitarios, siempre en el marco de un oficio que la encontró adentro de una casa que, no porque sí, siempre le había llamado la atención.
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jueves, 1 de septiembre de 2011

Desfile: BAAM Laurencio Adot 2011/2012


Desfile Argentina Fashion Week Laurencio Adot 2011/2012
Hotel Sheraton
María Socas y Cintia Zabaljauregui


sábado, 20 de agosto de 2011

Crítica COAP Medios: Por amor a Lou: Mujer, mujer Libérate

Por Pablo E. Arahuete para CQAP Medios    |   Buenos Aires - Agosto 20, 2011 19:58

Por amor a Lou: Mujer, mujer Libérate
Por amor a Lou, la obra dirigida por Manuel Iedvabni y protagonizada por la enérgica María Socas, acompañada Horacio Roca, Walter Jarob, Juan Grandinetti yHéctor Bidonde, entre otros, repasa la vida de Lou Andreas Salomé a partir de la relación conflictiva pero intensa con sus diferentes amantes amigos.

María Socas y Héctor Bidonde
Por amor a Lou, de Mario Diament, dir. Manuel Iedvavni
Teatro Nacional Cervantes, Sala Orestes Caviglia

La figura histórica de Lou Andreas Salomé la sitúan de inmediato en un punto de inflexión que marca el fin de un siglo -el XIX- y comienzos de otro donde desde la intelectualidad vibraba con enorme intensidad la sensación de que todo era posible; todo podía cuestionarse y las chances de un cambio radical en materia de moral, filosofía, religión y costumbres estaban al alcance de cualquiera que tuviera la capacidad y la inteligencia suficiente para comprender el complejo mundo que se avecinaba en las postrimerías del siglo XIX. Obviamente, ser mujer en esa época respondía a un estereotipo celebrado por la enorme cantidad de machistas y rechazado por una selecta minoría de intelectuales, entre los que se encontraba por ejemplo el filósofo Friedrich Nietzsche –injustamente acusado de misógino- quien había proclamado sin pelos en la lengua que el Dios judeo cristiano había muerto, entre otras ideas filosóficas audaces que fueron abrazadas luego por diferentes sectores y muchas veces tergiversadas en función a un pensamiento o discurso político. Por eso, el hecho de que una mujer de principios de siglo, nacida en Rusia en el seno de una familia dominada por la presencia de cinco hermanos y un padre militar, cuestionara desde muy joven el rol pasivo que culturalmente debería haber aceptado; elaborara profundas reflexiones filosóficas sobre la libertad e incluso se atreviera a plantear que los dogmas religiosos parecían cuentos para niños, no podía resultar indiferente ante ninguna mirada y mucho menos dejar de despertar el deseo de poseerla al volverse inalcanzable por su auténtica expresión de vivir sin condicionamientos de ninguna clase (el matrimonio lo era) en pos de aprenderlo todo, establecer relaciones profundas con amigos y dejar una huella en el pensamiento occidental. Esa mujer, además movilizaba pasiones en cada hombre que la conocía y consciente de su poder e innata seducción supo capitalizar su avasalladora y enigmática personalidad para vincularse con los intelectuales más relevantes de principios de siglo XX como por ejemplo el citado Nietzsche, a quien rechazó una propuesta matrimonial; Sigmund Freud, quien no pudo ocultar su fascinación por ella al escucharla en el Primer Congreso de psicoanálisis y luego en sus sesiones privadas; e incluso convertirse en musa inspiradora del joven poetaRainer Maria Rilke, catorce años menor que ella y destrozado emocionalmente a partir del despecho y que derivó directamente en el suicidio por amor. De esa mal llamada por algunos femme fatale de la época quedan algunas fotos y su prolífica obra, opacada en gran parte por estar a la sombra de aquellos hombres ya mencionados pero siempre reivindicada por las corrientes feministas. 

El repaso por la vida de Lou Andreas Salomé a partir de la relación conflictiva pero intensa con sus diferentes amantes amigos es el eje temático de Por amor a Lou, dirigida por Manuel Iedvabni y protagonizada por la enérgica María Socas, acompañada de un elenco versátil entre quienes se encuentra Horacio Roca, Walter Jarob en el rol de Nietzsche, Juan Grandinetti como Rilke y Héctor Bidonde en la piel de Freud, entre otros. 

La puesta en escena elaborada en base a pocos elementos, entre ellos un baúl del que la actriz irá extrayendo diferentes vestuarios a cargo de la vestuarista Daniela Taiana, incorpora además una pantalla por la que irán desfilando diferentes personalidades, quienes leen cartas dirigidas a la protagonista y que marcan el derrotero de su agitada vida no sólo en el plano sentimental sino en lo que a su rol como acompañante y amiga significaba. El recurso del intercambio epistolar permite ir completando el retrato de la misteriosa Lou Salomé, quien al igual que la mítica figura de Salomé deseaba profundamente apropiarse de la cabeza de los hombres pero no literalmente sino simbólicamente al verse seducida por la inteligencia. Gracias a la perfomance de María Socas, este personaje que reúne tanto condiciones de egoísta, apasionada, franca, severa pero de una fragilidad emocional palpable, ocupa el centro de atención durante toda la obra. 

Los textos de las cartas no responden a la realidad sino que fueron elaborados para la ocasión. Es allí donde resulta desconcertante y quizás un desacierto para la pieza en general la intención de equiparar el lenguaje hacia una suerte de coloquialidad que no admite diferencias en tanto léxico como poesía. Prácticamente, Nietzche, Freud yRilke hablan de la misma manera cuando se sabe que eran muy diferentes a la hora de escribir y de comunicarse. Por otro lado, el agregado de la pantalla con las proyecciones tampoco aporta demasiado desde el punto de vista dramático y exige un trabajo de coordinación extra con los actores que están en escena, dificultándoles a veces el normal desarrollo de los cuadros. Ese lapso o intervalo forzado entre lo visual y lo teatral afectan la armonía del espectáculo notoriamente. 

Más allá de estos detalles no menores la pieza teatral de Mario Diament es sumamente interesante por intentar abordar una personalidad y una vida muy rica en matices, que describe detalladamente el clima de ebullición de las pasiones humanas y capta con honda sensibilidad la atmósfera de una época que se despedía de un siglo incierto para adentrarse en otro donde las revoluciones del pensamiento no tuvieron el mismo éxito que las revoluciones políticas pero siempre existieron aquellos que como Lou Andreas Salomé rompieron el molde de lo establecido para avanzar con las ideas y el cuerpo hacia un futuro desconocido.

viernes, 19 de agosto de 2011

Nota diario La Nación: Una circe y sus hombres

Ana Luz Kallsten y María Socas
Por amor a Lou, de Mario Diament, dir. Manuel Iedvavni
Teatro Nacional Cervantes, Sala Orestes Caviglia

Espectáculos
Viernes 19 de agosto de 2011 | Publicado en edición impresa
Estreno en el Cervantes
Una circe y sus hombres
María Socas personifica a Lou Andreas Salomé en una obra de Mario Diament

Por Carlos Pacheco  | LA NACION


Promediando 2009, una pieza reunió al director Manuel Iedvabni con el dramaturgo Mario Diament. Se trató de Un informe sobre la banalidad del amor . La experiencia, a poco de su estreno, adquirió una notable repercusión entre la crítica y el público. Un nuevo proyecto vuelve a conectar a estos profesionales ahora. Se trata dePor amor a Lou , una pieza en la que Diament retrata la vida de Lou Andreas Salomé, una intelectual apasionada, irresistible ante los hombres, que vivió entre 1861 y 1936.
Con un elenco integrado por María Socas, Héctor Bidonde, Horacio Roca, Joaquín Berthold, Juan Grandinetti, Walter Jakob, Ana Luz Kallsten, Heinz Krattiger, Ariel Levenberg y William Prociuk, se estrenó ayer en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes.
Una escena de la obra fue leída el año pasado por María Socas y Horacio Roca en el marco de la Feria del Libro Teatral, y ése fue el punto de inicio para que el proyecto comenzara a tomar otra dimensión escénica.
"Esta pieza es bien diferente de la anterior -comenta Manuel Iedvabni-. Si aquélla se concentraba en dos personajes que estaban vinculados a través del tiempo, acá el único nexo es Lou y los hombres de su vida, que van apareciendo y desapareciendo. El texto está recortado por una serie de cartas y nosotros transformamos un poco su estructura con algunos elementos multimediáticos."
Al cabo de su extensa carrera, el director ha llevado a escena a algo más de veinte dramaturgos nacionales. A la hora de referirse a la producción de Mario Diament, destaca que no puede dejar de lado su profesión de periodista a la hora de analizarlo. Pero también en este material lo seduce algo que el escritor le comentó respecto de su texto: "Se trata de una epopeya", le señaló. "Eso es muy interesante -comenta Iedvabni-, porque Lou es alguien que va muy a contramano, busca imponer la condición de una mujer nueva. Me parece muy significativo. Ella había estudiado a las mujeres de Ibsen, por ejemplo, y había trabajado mucho sobre las mujeres muñeca. Y entonces propone a la mujer nueva; una mujer que no ata, necesariamente, la sexualidad al matrimonio. A partir de ahí, ella se pone contra la corriente y ya lo épico toma forma. Todo en esta mujer es persistente, pertinaz, obstinado."
UNA MUJER HONESTA

Después de haber cumplido exitosas temporadas junto al elenco de Gorda , la pieza de Neil Labute, María Socas se interna ahora en el mundo de Lou Andreas Salomé. Una personalidad muy opuesta a la que recreó en su trabajo teatral anterior. Conoció a esta destacada mujer ya hace tiempo, a través de la lectura de una biografía de Sigmund Freud. Y luego comenzó a llamarle la atención que muchos hombres quedaban fascinados frente a la personalidad de esta criatura tan transgresora e inteligente.
"Cuando empecé a meterme más en profundidad en el personaje -explica la actriz- comencé a tener mi propia visión sobre ella, y lo que más me atrae es su perseverancia, su honestidad. Más allá de las circunstancias, de la realidad del país en el que se encuentre, más allá de lo que piensa su familia, su honestidad le dio un comportamiento pleno de libertad."
-¿Cómo puede analizarse hoy, en tiempos de mayor libertad, el comportamiento de esta mujer?
-En realidad tenemos una apariencia de libertad. En el siglo XIX era muy claro y evidente para todo el mundo, tanto masculino como femenino, que la mujer no era libre. Así se expresaba y así se esperaba. Hoy tendemos a creer que la mujer es libre, que la mujer elige. Suele decirse: "Las mujeres son libres, hacen lo que quieren". Sin embargo, creo que no es tan así. Estamos muy sujetas todavía a lo que se espera de nosotras. Es cierto que hablo desde una generalidad, pero que se refleja en cosas, como por ejemplo las cirugías estéticas. Son falsas libertades. Es cierto que puedo tener la libertad de hacer con mi cuerpo lo que quiero, pero porque estoy respondiendo a una demanda externa. Lou decía: "yo soy yo y nadie más que yo". Lo que es muy necesario es comprender que uno debe ser uno mismo. Esa declaración sigue siendo muy importante hoy, muy provocadora de reflexión..
PARA AGENDAR
Por amor a Lou: de Mario Diament. Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815. De jueves a sábados,a las 20.30 y a las 20

martes, 16 de agosto de 2011

Suite101.net: "Por amor a Lou" con María Socas en el teatro nacional Cervantes

Por Ariadna Crupi, 16 de agosto de 2011


La vida de una mujer que se animó a desafiar los mandatos sociales y sedujo a grandes personalidades como Nietzsche y Freud. Estreno el viernes 12 de agosto.

Un texto de Mario Diament que recorre los aspectos más significativos de la vida de una mujer de rebeldía y fortaleza exquisitas: Lou Andreas Salomé. El elenco dirigido de Manuel Iedvabni estrenará el próximo 18 y se presentará los jueves, viernes y sábados a las 20:30, y los domingos a las 20, hasta el 17 de septiembre en la sala Orestes Caviglia del teatro. Lo que se vio en la función de previa para prensa.


Por amor a Lou, de Marío Diament, dir. Manuel Iedvavni
Teatro Nacional Cervantes, Sala orestes Caviglia 


¿Quién fue Lou Andreas Salomé? Su mini biografía

Escritora rusa (1861-1937), desde pequeña se caracterizó por su espíritu desafiante hacia las imposiciones sociales. Muy joven se animó a confrontar la omnipotencia de Dios y a resistirse a las exigencias de la moral y buenas costumbres de su época. Pionera y rebelde, dejó su ciudad natal para viajar alrededor de Europa, situación que la llevó a conocer a grandes personalidades como Nietzsche, Freud y Paul Rée.

Atractiva y seductora, su vida se caracterizó por la multiplicidad de amantes, incluso después de casada. Partió corazones e hizo tambalear varias parejas como la del predicador Hendrik Guillot. Tenía tal capacidad de seducción que hasta el mismo Nietzsche le propuso matrimonio, aun cuando esto fuera en contra de sus principios más arraigados. Y hasta estuvo a punto de mudarse con ella y Rée en una suerte de “trípode matrimonial”.



Finalmente, Lou Andreas Salomé se casó bajo la condición de celibato (dentro de su pareja) con Carl Friedrich Andreas. Vivieron juntos cuarenta y tres años, no sin conflictos por las múltiples negativas e infidelidades de ella.

El argumento: los amores de Lou como base analítica de su ideología

En el ocaso de su vida, Lou Andreas Salomé (María Socas) contrata a Sara (Ana Luz Kallsten), una asistente, para que organice las cartas de su pasado. Y son aquellas letras las que impelen efigies en su memoria, recuerdos de sus amores, historias que entretejen su biografía hasta llegar al final.

Hendrik Gillot (Heinz Krattiger), Rainer Maria Rilke (Juan Grandinetti), Sigmund Freud (Héctor Bidonde), Paul Rée (William Prociuk) y Friedrich Nietzsche (Walter Jacob), Carl Fiedrich Andreas (Horacio Roca), Otto Brahm (Ariel Levenberg) y Víctor Tausk (Joaquín Berthold). Compañeros de viaje en la búsqueda existencial de esta rebelde que pretendía encontrarle un sentido distinto a la vida.

Acusada por sus amantes de ignorar los deseos ajenos, el afán de conocimiento de Lou (ayudado por su capacidad de seducción) la llevó a convencer a cuanto hombre atravesara su camino. Y allí, en el recuerdo de su vida, es donde surge la trama de la obra. ¿Un espíritu libre? Absolutamente, quizá tanto que acaso ella misma fuera incapaz de dominarlo. Versiones disímiles y anhelos confrontados solo armonizan más allá, en el limbo.



Actores, vestuario y la puesta en escena

Entre imágenes en video (con las participaciones de Arturo Bonín como Gottfried Kinkel y Juan Gil Navarro en el papel de Gerhart Hauptmann) e historias escapadas de la memoria se leen las cartas más significativas de la vida de Lou. Mensajes de sus amores, su amiga Helen Deusch (María Leal) y secretos que ella misma comparte con quienes construyeran el mito de aquella mujer acusada de egoísmo, narcisismo e indiferencia ante los demás.

Las escenas alternan entre videos y luces, y Lou cambia su delicado vestuario de época a veces al lado del público. Dos horas a buen ritmo que desgastan la energía de Socas, a quien se nota exhausta en el final. Buena iluminación e interesante diagramación de los cambios de actos, que sufren de algunos problemas de edición generando distracciones en la platea.

Las muy impecables actuaciones de todos los actores, junto con el argumento, le quitan acidez a la duración de la obra.


Crítica de la obra Por amor a Lou de Mario Diament y Manuel Iedvabni

Extensa pero con detalles atractivos (como la puesta en video). Un extendido aunque buen abordaje de una vida compleja. Quedan ganas de profundizar más en personajes de la altura de Nietzsche o Freud. No obstante, es un buen tratamiento que le da al espectador un pantallazo sugestivo sobre la personalidad de un alma libre, de aquellas que se extraña ver en escena.

Por momentos resulta extraño que detrás de la aparente fragilidad de María Socas se albergue una mujer fuerte y decidida como Lou. Sin embargo, es muy agradable el efecto de aquella imagen que combina la dulzura y femineidad de la actriz con el espíritu duro e inmanejable de Salomé.

Siempre es un placer ver actores de esta talla: tienen la mágica habilidad de que todo lo que hacen provoque el goce en la platea. Con bases firmes, Por amor a Lou es una buena alternativa para acercarse a la esencia de una mujer revolucionaria de la cultura de su época.

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martes, 14 de junio de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

18° Festival solidario AMCA por el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez

18° Festival solidario AMCA por el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez
Javier Godino y María Socas

18° Festival solidario AMCA por el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez
María Socas
18° Festival solidario AMCA por el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez
María Socas